Fernando Sabés Turmo

Siempre resulta agradable leer un libro que destaque por su contenido. La obra La radio y la televisión local en Aragón es uno de ellos. Es de agradecer que un investigador haya abordado un tema tan interesante para todos los ciudadanos. La materia tratada evidentemente es sugestiva, pero realizar un estudio científico de estos dos medios no era tarea fácil.

Fernando Sabés ha sabido plantearse un objetivo claro: poner sobre el tapete el estado de la comunicación audiovisual en la Comunidad Autónoma de Aragón.

Ha delimitado su campo de acción a un territorio concreto y ha acotado el tiempo iniciando el proceso con la aprobación de la Constitución Española de 1978 y rematando el trabajo en el momento de cerrar las galeradas de la publicación en abril-mayo de 2002.

El libro ha supuesto indagar datos inéditos e inexplorados preguntando a quienes más sabían del tema, los profesionales de la información en Aragón, ha encuestado o se ha entrevistado con numerosos periodistas para allegar datos.

Una vez consultada la bibliografía pertinente se ha acercado a la legislación que se ha generado en esta etapa en España y claro está en las Cortes de Aragón.

Las hemerotecas también aparecen como medio imprescindible para su estudio. Después ha sabido elaborar unas conclusiones, tras elaborar los datos que disponía. La abundancia de gráficos son fruto de la riqueza de documentación con la que ha contado.

Este trabajo hubiera hecho feliz al primer periodista que yo conozco que se formó a sí mismo residiendo en San Esteban de Litera, me refiero a don José María Hernández Pardos, que trasladó a las páginas de El Noticiero Universal recuerdos de infancia dirigidos hacia los llanos y las Sierras de La Litera.

Me resulta curioso que un pueblo que acogió de niño a quien terminaría siendo Director de un periódico, hoy cuente entre sus hijos cultivados con el primer doctor en Comunicación Audiovisual nacido en su seno.

Me paro a pensar en la evolución de la historia. Del esfuerzo autodidacta de un luchador del primer tercio de siglo, que con su trabajo diario y sin universidad reglada se hizo profesional de la pluma diaria, al entusiasmo de un joven universitario que lucha con ilusión por labrarse un futuro profesional con los cimientos de un sólido doctorado, tratando precisamente de Aragón.

Si la pluma de Hernández fue valiente en la década de los sesenta llamando al pan pan y al vino vino, la investigación de Fernando Sabés es propia de un aragonés que sabe defender sus ideas abiertamente.

La investigación de Sabés ofrece un panorama general de lo que ha sido la radio y la televisión en Aragón en el último cuarto de siglo. Se inicia con la esperanza para que la Comunidad de Aragón se apunte a lo último en tecnología y en servicio a la sociedad. Se van publicando leyes en los Boletines Oficiales del Estado y de la Comunidad. Se tramita y aprueba una Ley de Televisión para Aragón. Se construye un edificio, casi se dota de una plantilla, pero, de pronto, todo empieza a rodar mal para el proyecto. Los pretendientes del hada madrina se enfadan, se pelean y de pronto Aragón se queda sin televisión autonómica y sin tercer canal.

Y en 2002 termina la investigación de Fernando Sabés Turmo con ese toque de esperanza, reivindicando una radiotelevisión pública aragonesa, advirtiendo de los defectos que se deben mejorar y poniendo unos objetivos claros: servir a Aragón desde todas facetas posibles.

Quienes al principio se equivocaron, creyendo que la televisión no era un medio de progreso, después de la lectura de la rigurosa investigación que ofrece el autor tendrán tiempo para arrepentirse y poder rectificar.

La televisión es un servicio público necesario para Aragón y para todas la Comunidades Autónomas sino queremos que la información se reduzca a los puntos de mira que sirven tres o cuatro grupos audiovisuales.

Si queremos defendernos de la globalización negativa, es decir, de la que uniforma y empobrece, se tiene que potenciar, como muy bien escribe Sabés, la información de cercanías o de proximidad, de otro modo el ser humano perderá la capacidad de desarrollar su propia personalidad, caracterizada casi siempre por el territorio en el que vive.

Territorio que siempre implica historia y con la historia unos usos y costumbres personales, no uniformados por una cultura neutra impuesta por los más poderosos ideológica y políticamente.

El abaratamiento de las nuevas tecnologías está generando la posibilidad de que el mundo audiovisual esté al alcance del ciudadano, lo difícil es que ese mundo tan fascinante sirva para mejorar y elevar al usuario.

Sin una programación adecuada estos medios se pueden convertir en puro consumismo de todo tipo de imágenes y sonidos. Frente a lo sencillo y facilón está la meta de mejorar los contenidos de las emisiones y eso presupone cubrir un servicio público que la mayoría de las emisoras comerciales, esclavas de los ingresos por publicidad, no ofrecen.

Esta publicación no se hubiera llevado a cabo sin la meticulosa orientación del Dr. Perona y sin la colaboración económica del Instituto de Estudios Altoaragoneses que ha becado a Fernando Sabés Turmo. Así como de la implicación en la edición del Consejo Asesor de Radio Televisión Española en Aragón, de la Asociación de la Prensa de Aragón, de Ibercaja y del propio Instituto de Estudios Altoaragoneses

El lector se congratula de que el dinero público haya servido para la realización de un excelente trabajo que redunda en bien de la cultura y en este caso en el buen nombre de Aragón.

El libro adopta una postura crítica ante la realidad autonómica en la parcela de los medios audiovisuales y tiene el valor de anunciar esperanza en la superación y mejora de la tierra donde uno ha nacido.

Antonio Viudas Camarasa

Real Academia de Extremadura

Ayuntamiento y Salón social de San Esteban de Litera / Santistebe de Llitere.

Edificios construidos en el último cuarto del siglo XX

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