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Los editores de la revista Ars et sapientia me piden que escriba unas palabras en recuerdo de García Durán Muñoz. Tal vez porque fue García quien tuvo la primera idea de que se creara la Asociación de Amigos de la Real Academia de Extremadura sea el lugar más justo para su reconocimiento después de su muerte.

García Durán Muñoz siempre vivió cerca de la letra impresa de tal modo que fue un gran defensor para que la Real Academia de Extremadura tuviera su propio Boletín, idea que defendió intensamente y que llegó a feliz puerto. Recuerdo el primer anuncio de creación del Boletín en el Claustro de los Jerónimos de Guadalupe en junio de 1989.

Fueron años llenos de proyectos, con escasa o nula financiación económica. Un grupo de académicos creyó que la Academia podría tener vida con el eco de los suscriptores del Boletín.

Los acontecimientos desbordaron a las ideas y aquel germen se desarrolló en lo que hoy es una realidad, la Asociación de Amigos de la Academia, que en 1994, colaboró en gran medida para que a esta Institución se le asignara una subvención cuasifija en los presupuestos de la Comunidad Autónoma, gestión que se vio reflejada en el ejercicio económico de 1996.

También en aquella ocasión la labor silenciosa de García Durán Muñoz contribuyó al éxito de esta nueva empresa. Si el primer mandato vivido en esa Institución lo recuerdo como el del inicio del boletín académico y de sus anejos, el período académico de Marino Barbero Santos lo vislumbro como el de la consolidación de la Asociación de Amigos de la Real Academia de Extremadura, la continuidad del Boletín académico, las iniciativas para la conservación del patrimonio extremeño y numerosas gestiones para la culminación de las obras del Palacio de Lorenzana, sede de la Academia en la ciudad de Trujillo. La orientación y guía de García Durán siempre estuvo presente.

Juan Ramón Civantos, impulsor de numerosas voluntades pro Academia de Extremadura desde 1991, puede dar fe de lo que afirmo y Antonio Rubio Rojas, compañero y amigo de Academia, participó en los desvelos y preocupación que García Durán Muñoz mostró a favor de esta institución extremeña.

En esta breve aportación mi homenaje a García Durán se inserta la necrológica inédita que escribí después de ver su cuerpo sin vida en aquella tarde del dos de octubre de 1994 en la habitación de la Clínica de la Consolación de Cáceres. Todavía admiro la entereza con que Encarnación Ramón y Cajal, Nana, coautora de los folletos-regalo de Navidad del matrimonio Durán, veló durante toda la noche, el cadáver de su esposo hasta que lo llevamos a reposar para siempre en el Panteón familiar del Cementerio de Cáceres.

HA MUERTO EL ACADÉMICO GARCÍA DURÁN MUÑOZ (Cáceres, 1911-1994).

Portavoz de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes.

La misa funeral se celebrará a las cuatro de la tarde del día 3 de octubre en la Parroquia de San Juan de Cáceres.

A las cuatro de la tarde del día dos de octubre de 1994 falleció en Cáceres el miembro de número de la Real Academia de Extremadura don García Durán Muñoz. Nacido en esta ciudad el día 15 de febrero de 1911. Alumno del Instituto de Bachillerato de Cáceres hasta el año 1925, se licenció en Derecho por la Universidad de Salamanca. Ha desempeñado la Jefatura del Servicio Nacional del Trigo en las provincias de Álava, Logroño, Bilbao, Badajoz, Toledo y Cáceres.

Durante su destino en Vitoria creó con un grupo de escritores la Peña Literaria. La labor científica de García Durán gira en torno a tres ejes temáticos: la figura de Santiago Ramón y Cajal, el cante flamenco y Extremadura. Sobre el primero a su pluma se deben los ensayos Recopilaciones y estudios cajalianos (Vitoria, 1945), Del sentimiento e idea política en Don Santiago Ramón y Cajal (Madrid, 1948), Ramón y Cajal. Vida y obra (Zaragoza, 1960, 2ª ed. Barcelona, 1983), Cajal. Escritos inéditos (Zaragoza, 1978). Acerca del cante jondo ha publicado los estudios Andalucía y su cante (Madrid, 1962; 2ª edic. Cádiz, 1988) y Flamenco. Aportación a su historia (Cáceres, 1990). De asunto regional es el libro titulado Campero extremeño (Madrid, 1951; 2ª edic. Cáceres, 1957). La creación literaria la ha ejercitado en los ensayos Elogio de la alegría (Madrid, 1955) y Nanas Nabidal (Madrid, 1982).

En 1952 se le nombra académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Presidente del Cine-Club de Cáceres en 1957. Ponente en los Congresos de Estudios Extremeños y propulsor de la creación de la Academia de Extremadura. Vicepresidente de la Institución Cultural El Brocense, bajo la presidencia de don Jaime Velázquez. El día 9 de diciembre de 1982 leyó su discurso de ingreso en la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes que versó sobre Amor y poesía en Indias, siendo contestado por don Salvador Andrés Ordax.

Ha desempeñado el primer mandato de portavoz de la Real Academia de Extremadura y ha sido colaborador de su boletín.

GARCÍA DURÁN MUÑOZ, ERUDITO Y HUMANISTA

En febrero de 1980 como responsable de la organización del Simposio Jornadas de Estudios Sefardíes me comenta la directora del Instituto de Ciencias de la Educación en Cáceres que aunque dirigidas a estudiantes un matrimonio de la tercera edad quiere participar en el Congreso. Los saludo y gentilmente me indican que están muy interesados en asistir a dichas jornadas. Algo que se pensó como una clase práctica de Dialectología española tenía gratamente para mí una proyección académica y social. Con estos dos congresistas inscritos vislumbré que la realización de las Jornadas iba a ser un éxito.

El señor me habló del mundo sefardí, de los eruditos que conocía y salió el nombre del mejor especialista del mundo judío, exiliado o residente en Lisboa. La presencia como ponentes entre otros de Antonio Domínguez Ortiz y José Luis Lacave me dieron la explicación del interés del matrimonio Durán por el seminario. De este modo descubrí a un hombre al que nunca más volví a ver personalmente hasta mi elección como académico de número en la Academia extremeña en Junio de 1988, donde comprobé que fue uno de los promotores y defensores de mi candidatura. A partir de esa fecha se inició una relación personal y cultural que ha durado hasta su último aliento. Frecuentamos una tertulia literaria en su casa, a la que asistíamos los académicos entroncados con la ciudad de Cáceres. ¡Cuánta actividad preparatoria de la labor de la academia impulsó García Durán desde su propio hogar! Recuerdo la entrevista que nos grabó a los dos el periodista de RNE en Extremadura, Villalta, el hijo del torero Nicanor Villalta.

En su propia casa pude comprobar la veracidad del elogio que oí en la Universidad sobre García Durán "que era un gran catador de vinos, especialista en vinos de Montilla y finos andaluces". Como buen catador me ilustró en la enología española. Recuerdo con acierto de paladar y aroma la denominación de origen de los Ribera del Duero, siendo el Vega Sicilia uno de sus preferidos. Sucede casi siempre con el erudito hispánico, detrás del buen vino, recuérdese a Berceo, está la literatura y detrás de la persona de García Durán Muñoz descubrí el disfrute de una literatura selecta y a un escritor creativo.

De familia noble y aristócrata cacereña se nutre la vena liberal y un tanto ácrata de García Durán Muñoz, todo dentro de un orden, porque no puedo olvidar la mejor definición de su persona, que me dio hace menos de quince días una persona muy allegada a él durante los últimos años de vida: «—¿Conoce a García Durán? — Sí. — ¿Quién era? — Un gran señor».

García Durán poseía el don de la autocrítica que demostró en la publicación de Elogio de la alegría (1955), como anotó tan certeramente Salvador Andrés Ordax, en la contestación a su discurso de ingreso en 1982. El libro lleva prólogo de García Durán Muñoz, está dedicado «A García Durán Muñoz, de su mejor amigo. El AUTOR» y está escrito por García Durán Muñoz. Una humorada digna de Ramón Gómez de la Serna y Jardiel Poncela. Pero impresa en 1955.

García Durán era un erudito y una de las cualidades del erudito es su dedicación a una parcela del saber. Su principal parcela del saber fue el tema que los grandes pensadores del siglo XX llamaron España. La España que admiraba García Durán es la España que quería y promulgaba en sus escritos Santiago Ramón y Cajal. Aunque conoció a su mujer, Nana Ramón y Cajal, después de morir don Santiago, llevó el pensamiento de Cajal por todo el mundo como si se tratara de su apóstol literario.

García Durán, liberal en el exilio interior de la posguerra, fue un luchador a favor de la convivencia hispánica. Rememoro con qué aplomo contaba las últimas horas de Antonio Canales, con una versión muy distinta a la que corría por los mentideros de la villa.

La España de Cajal vista por García Durán se encuentra antologada en la selección del pensamiento cajaliano que se publicó en el número uno del Boletín de la Real Academia de Extremadura (1990) donde ofrece un Cajal que además de ser científico es un gran humanista y define al investigador como "el sacerdote de la verdad". Un Cajal, defensor de la Patria, en definitiva un Cajal regenerador del pueblo español y sobre todo renovador que en palabras del propio García Durán pretendía "Diferenciar lo que es ciencia original de lo que es ciencia copiada".

Detalle del anaquel de la Biblioteca de García Durán dedicado a la memoria de Santiago Ramón y Cajal

La España más cercana de García Durán fue siempre Extremadura. De vuelta a casa se preocupa por la actividad cultural y es de destacar su labor en la fundación del cine-club de Cáceres. Como buen liberal veía en este medio una avanzadilla ideológica. La imagen está presente en García Durán desde muy joven, de este modo se explica su afición por la pintura y las bellas artes. El cine fue durante los años cincuenta y sesenta un soplo renovador para la intelectualidad comprometida. La presencia de García Durán y Nana en la sesiones del cineclub cacereño fueron un reconocimiento a una actividad que daría nuevos aires al pensamiento español del siglo XX.

Ese culto por la imagen vería sus frutos en el esplendor de las grandes exposiciones de pintura que el público cacereño pudo admirar en la Sala el Brocense y en los premios de pintura y escultura de Cáceres, efímeros, pero que ya han pasado a la historia positiva de la ciudad. Detrás de esa actividad un amante de Extremadura, impulsor de la creación de la Institución Cultural el Brocense que tanta actividad plural e innovadora llevó a cabo durante su mandato como Vicepresidente.

Hasta la gastronomía que hoy triunfa en la ciudad tuvo el apoyo de García Durán Muñoz, siendo asiduo comensal y divulgador de la nueva restauración cacereña.

El amor a Extremadura lo dejó plasmado en su discurso de ingreso en la Real Academia de Extremadura donde afirma que «La Academia, como todo lo que tiene calidad e importancia no nace por generación espontánea, sino que es resultado de esfuerzo y trabajo. Tuve la suerte, o la oportunidad de formar parte activa del grupo promocionador, y ello justifica la cariñosa elección por parte de los Señores Académicos».

Pero la Extremadura de García Durán no se entiende sin América, sin la denominación preferida por él, sin Las Indias. En la prosa poética de su discurso Amor y poesía en Indias se observa el conocimiento erudito y la numerosas lecturas sobre textos americanos de la conquista y por qué no reconocerlo, el magisterio oral de su familiar Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros. En prosa poética de su generación alardea con el neologismo y la creación de palabras como «extremeñecear, extremeñeceando, extremadurarización y extremeñización».

El amor a España y a Extremadura desemboca en el estudio, siguiendo la tradición de los mejores especialistas, de las raíces del cante flamenco en Flamenco. Aportación a su historia, libro que publicó como último testimonio de vocación hispánica y que ha sido muy bien apreciado por los investigadores, especialmente los centroeuropeos, sin olvidar la gran labor de los amantes del flamenco extremeño que lo promocionaron en uno de sus congresos celebrado en Badajoz. En palabras de García Durán «Lo único cierto es que todos los atajos, todos los caminos que busquemos para encontrar el origen del flamenco, nos llevarán a la conclusión definitiva, absoluta e indiscutible, de que sin lo andaluz, no es posible. Que después puedan haber intervenido judíos, romanos, musulmanes, pakistaníes, los ángeles o los diablos, los duendes o las musas, los gitanos, los payos, los presos o los carceleros, son tiquismiquis de muy poca importancia y escasa participación».

Los tres ejes temáticos: Cajal, España y América y el cante flamenco llenaron las horas eruditas de viajes y estudio por el mundo hispánico de García Durán Muñoz. No olvidaré nunca la gran afición de García Durán por la guitarra flamenca y el cuidado casi infantil con que en cierta ocasión protegió un CD de Paco de Lucía, el mismo cuidado con el que pasado el tiempo he ido coleccionando algunos CD de ese autor en venta de descatalogados y la admiración con la que escucho en vivo y en directo las guitarras de la Familia Vargas. Con el duende que me trasmitió García Durán Muñoz hacia el mundo de lo flamenco y su música.

En cierta ocasión el único que disponía de un ejemplar de las Coplas flamencas de Antonio Machado y Álvarez fue García Durán y gracias a su selecta biblioteca las pude citar de primera mano en mi discurso de ingreso en la Real Academia de Extremadura.

García Durán asistió abrumado a unos ejercicios de cátedra universitaria y ante el bochornoso espectáculo exclamó «Esta no es la Universidad ideada por don Santiago Ramón y Cajal». Unos meses más tarde empezó a enfermar y le llegó el último desenlace. No consiguió todos sus objetivos, pero un periódico escribió que fue el último noble liberal que abandonaba Extremadura.

Resulta agradable recordar a una persona que siempre fue amiga y de quien aprendí muchísimas cosas, pero sobre todo el reforzamiento y admiración hacia la figura de Santiago Ramón y Cajal además de una norma de convivencia ciudadana resumida en el refrán que tantas veces le oí en su fonética personal: «A las bodas y saraos, sólo van los invitaos». De nuevo sociedad y flamenco unidos en el pensamiento de García Durán Muñoz, un gran señor como me lo definió alguien que lo conocía muy bien en nuestro encuentro malpartideño de hace tan solo unos días.

BIBLIOGRAFÍA DE GARCÍA DURÁN MUÑOZ EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DE MADRID

1945 La psicología de los artistas : las estatuas en vida y otros ensayos inéditos o desconocidos de Santiago Ramón y Cajal ; compilación y notas de García Durán Muñoz y Julián Sanchez Duarte Vitoria : [s.n.] , (Industrias Gráficas Ortega).

1948 Del sentimiento e idea política en Don Santiago Ramón y Cajal. Prólogo de Julián Sánchez Duarte [Madrid] : Edit. Nacional , [Gráfs. Yagües])

1948 Exposición de Encuadernaciones Artísticas de Nicolás de Avila : (Saturnino Martin Mayorga) 11 al 15 de marzo de 1948 [Semblanza del Encuadernador de Avila, Martin Mayorga por García Durán Muñoz. Catálogo] Vitoria : [s.n.].

1952 Texto de la conferencia celebrada en el "Hogar Extremeño" por Don García Durán Muñoz, el día 30 de enero de 1952, bajo el título de "Melancolía de Indias" [Cáceres] : [s.n.] , [1966](Imp. M. Sergio Dorado).

1955 Elogio de la alegría. Prólogo de García Durán Muñoz Madrid : Afrodisio Agüado , ([Escelicer]).

1970 ["Los toros y el flamenco" : Conferencia en la Peña de "Los de José y Juan"] García Durán Muñoz y Nana Ramón y Cajal Málaga : Librería Anticuaria El Guadalhorce.

1971 García Durán Muñoz y Nana Ramón y Cajal ofrecen la narración de las cuitas, venturas y desventuras de un príncipe con el amor Edición Angel Caffarena Málaga : Librería Anticuaria El Guadalhorce.

1973 Cuatro orejas y rabo [Frases expresiones y giros de García Durán Muñoz [y otros] [Cuenca : Museo de Arte Abstracto Español].

1975 Chicoleos al Tajo García Durán Muñoz y Nana Ramón y Cajal [Cáceres : Edit. Extremadura].

1976 [Conferencia sobre la vieja Andalucía por García Durán Muñoz] Cáceres : Edit. Extremadura.

1978 Ramón y Cajal [edición] García Durán Muñoz, Francisco Alonso Burón Zaragoza : Institución "Fernando El Católico".

1983 Cajal, en colaboración con Francisco Alonso Burón ; prólogo del Prof. D. Pedro Laín ; epílogo del Prof. D. Severo Ochoa Barcelona : Ediciones Científico Médica.

1988 Andalucía y su cante. Servicio de Publicaciones de la Universidad, Cádiz,

1990 Flamenco. Aportación a su historia por García Durán Muñoz Cáceres: Real Academia de Extremadura.

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