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DIARIO DE UN ACADÉMICO DE PROVINCIAS

Por

Antonio Viudas Camarasa

Académico Numerario, en posesión de la Medalla número 20, 

 de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

APUNTES para una historia de la real academia 

de extremadura

SELECCIÓN DE TESTIMONIOS

               «En un café donde el aire se carga de nostalgias decimonónicas nos hemos reunido un puñado de extremeños que apenas creemos en los valores del siglo XIX. Alrededor de una mesa de café cargada de vasos de cerveza, entre alegres comentarios a temas callejeros, lógica y a la vez demasiadamente humanos, estos muchachos de Cáceres me han proporcionado uno de los mejores ratos de mi vida.

               Cuando me marche de Cáceres, el recuerdo de este instante ha de ser la más grata de mis compañías. Ni la crestería renacentista del palacio de los Golfines, ni los recovecos únicos del Cáceres viejo, ni lo mucho que aprendí en las doctísimas comunicaciones que he escuchado, nada iguala a esta emoción de convivir con unos jóvenes, hermanos en los entusiasmos del mismo ideal y soldados parejos de la esperanza extremeña.

               Cuando algún día, en horas que no conocerán los hombres de mi generación, se trace la historia del presente y pujante renacer extremeños, muchos de los nombres de estos muchachos casi imberbes, serán espejos de clara nombradía. Y ya hoy para mí significan la confirmación rotunda de algunas observaciones hechas en mi reciente viaje de conferencias por tierras americanas.

               Creo yo que el renacer actual de Extremadura no constituye un hecho incidental en los avatares de los siglos, sino una realidad presidida por la suprema lógica de la Providencia divina. Rebrillan los resoles extremeños con un áurea ambición de 1500, porque al final de una curva de insensateces europeas, el mundo viene a replantear sus problemas en los mismos términos en que los plantearon nuestros abuelos geniales de la Contrarreforma y de la hazaña indiana. Todos los valores de la técnica y del frío intelectualismo están haciendo crisis en la incapacidad de la materia hecha técnica de comodidades para ahuyentar la angustia de un hombre, cuya moral no caminó al paso de sus avances técnicos. Por eso los valores vitales que son nuestra universal reserva extremeña cobran el puesto que socavó en las honduras de la humanidad la angustia de la insatisfacción que trajo consigo la incapacidad de la técnica delante de la vida.

               En el dilema Castilla-Europa, Castilla se afirma por la raíz áspera y heroica de sus intransigencias decisivas. Y como Extremadura tuvo el destino afortunado de permanecer apartada de las encrucijadas europeas, en Extremadura se da la máxima cantera de esos valores de virilidad tajante que son la sola medicina para este mundo enfermo de debilidades dogmáticas.

               El papel de Extremadura acrecerá a medida que aumente el contraste entre la crisis de un mundo prendido a la desorientación, secuela de la Protesta, y la heroicidad hidalga de nuestro pueblo. Por eso hoy aquí, en la Cáceres solariega y noble, he sentido palpitar afanes de universal historia en la charla alegre y profunda de estos muchachos de la Juventud Universitaria que van a trabajar en el Seminario de Estudios Extremeños. Hasta es el suyo el tono desenfadado y sencillo que es signo de las empresas que tienen dimensiones seculares.

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