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DIARIO DE UN ACADÉMICO DE PROVINCIAS
Por
Antonio Viudas Camarasa
Académico Numerario, en posesión de la Medalla número 20,
de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes
APUNTES para una historia de la real academia
de extremadura
SELECCIÓN DE TESTIMONIOS
Testimonio
núm. 11.
1980
diciembre.
Antonio Hernández Gil: En el fondo, Extremadura y su dimensión americana. Discurso de ingreso en la Real Academia de Extremadura. Iglesia del Palacio de los Chávez-Mendoza, Trujillo, 3 de diciembre de 1980. En Memorias de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, I, Badajoz, págs. 45-46.
Figura
6. Antonio Hernández Gil durante la lectura de su discurso de ingreso en la
Academia de Extremadura.
Una
Academia no puede ser obra de nueva planta
«Una Academia no puede ser obra de nueva planta. Platón, el fundador de
la idea y de la palabra, la consagró al culto del héroe griego de donde toma
el nombre. Necesita, por tanto, la Academia de la fuerza vigorizadora de una
tradición. Sin embargo, la vida en todas sus manifestaciones está abierta al
devenir. El futuro es la dimensión única de nuestros proyectos. Si en lo que
somos y pensamos late la herencia acumulada de las generaciones, nuestra
realización exige iniciativa personal, impulso, sentido del deber y espíritu
de superación.
El patrimonio cultural de Extremadura precisa ser conservado con amor, en
algunos casos restituido, y más profundamente conocido y dado a conocer.
Rescatar del todo el pasado es una reivindicación todavía pendiente. Es triste
que no lo hagamos algo nuestro por entero cuando sólo nos separa de ello un
mejor conocimiento. Hemos de ser dignos de lo que hemos sido. Pesa sobre
nosotros la responsabilidad de haber ostentado un papel en la historia. He ahí
uno de los caminos de nuestros propósitos.
También nos guía el empeño de contribuir al desarrollo de nuestro
potencial humano para hacerle rendir plenamente los frutos del saber y de la
imaginación creadora. No concibo la Academia como un reducto elitista de
consagrados. Si algo tiene de cima es para otear horizontes y rumbos, ofrecer a
todos el testimonio de una experiencia y difundir el mensaje de un idealismo ético
y estético. En las letras y en las artes, la última palabra corresponde
siempre al genio individual; pero el hecho de que éste fructifique o se frustre
depende en buena medida de la estructura social, de cómo estemos colectivamente
integrados. Por eso, al preocuparnos por los bienes de la cultura, hemos de
preocuparnos del total problema de la organización de la convivencia en sus
dimensiones políticas, sociales y económicas. Yo no vengo aquí pensando sólo
en las ventajas de una beca, en exposiciones de artes plásticas o en una feria
del libro. Voy más allá, más al fondo.
[...]
Sin descartar los relatos o cantos nostálgicos en lo que tienen de
sentimiento evocativo del ayer, ni siquiera los excesos de la retórica como
adoración a la palabra, y sin olvidar tampoco la siempre sugestiva faceta de lo
sencillo y popular, porque todo cuenta y une, establezco, sin embargo, una
escala de prioridades; la entrega preferente a la auténtica poesía y al rigor
de la ciencia.
Bien están en algunos momentos los discursos como éste, mitad evocación,
mitad ensayo. Pero sobreestimo estas dos parcelas; la belleza por sí misma
exaltada por las puras expresiones del arte; y los trabajos de archivo,
biblioteca y laboratorio, el análisis preciso de las realidades y la construcción
de hipótesis sujetas a la prueba de la verdad. Es el modo superior de poner en
marcha ideas y obras enriquecedoras de la vida de la sociedad y del destino del
hombre.
Esta Academia se propone ser una nueva meta de Extremadura hacia América. Al decir Extremadura digo también España, como al decir España digo América hispana».