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DIARIO DE UN ACADÉMICO DE PROVINCIAS
Por
Antonio Viudas Camarasa
Académico Numerario, en posesión de la Medalla número 20,
de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes
APUNTES para una historia de la real academia
de extremadura
SELECCIÓN DE TESTIMONIOS
Testimonio
núm. 12.
1980
diciembre.
Xavier
de Salas y Bosch: Las artes en Extremadura
y la misión de la Academia. Discurso de ingreso en la Real Academia de
Extremadura. Iglesia del Palacio de los Chávez-Mendoza, Trujillo, 3 de
diciembre de 1980. En Memorias de la Real Academia de Extremadura de las
Letras y las Artes, I, Badajoz, 1984, págs. 45-46.
Figura
7. Xavier de Salas durante la lectura de su discurso.
En
el campo de las letras
«En el campo de las letras, nuestros mayores señalaron
caminos que seguir a los que en la Academia las cultiven, ya sea como creadores,
o historiadores o eruditos. La creación literaria admite toda suerte de formas,
puede revelar idearios distintos y aun contrapuestos: y puede expresar las
sensibilidades más variadas. Las creaciones del hombre ante el mundo no son
finitas, ni tampoco lo son las formas en que se expresan. Los más grandes
modelos se deben considerar en lo que tienen de profunda revelación; pero el
escritor no debe limitarse a seguir sus formas expresivas.
Y si esto es así en el campo del cultivo creador, del cultivo de la
lengua, ésta como tal en Extremadura exige de estudio. Porque la lengua española
tal y como se habla aquí precisa de estudio inmediato. El habla es el resultado
de una vieja tradición y de siglos de perfilarse en sus modos, pero ocurre que
hoy los medio de comunicación —me refiero especialmente a la radio y a la
televisión, ambas en todos los hogares— con su constante ejemplo tienden a la
justificación de las formas expresivas —también, en muchos casos a la
divulgación de barbarismos—. Por ello la Academia, según mi parecer, no podrá
olvidar ni por un momento, y tendrá que propiciar con todos los medios a su
alcance, estos estudios sobre el hablar extremeño; estudios que empezaron a
realizar filólogos especialistas que encontraron ayuda en muchos, que por amor
a lo propio, con curiosidad, recogieron lo que es peculiar de la lengua cual se
habla en la Región.
Tenemos asimismo abierto al estudio el inmenso e inagotable campo del
pasado. El estudio de la Historia en sus numerosas facetas desde las que la
erudición la contempla. Es esencial, para la comprensión del pasado, el
estudio de la sociedad que fue, en todas sus complejidades. No basta la historia
genealógica —aunque mucho explique sobre Extremadura—, no basta la historia
política, ni la eclesiástica, ni la militar, es preciso desentrañar la
historia económica y aún de la geografía que la hace posible. Y la de tantos
otros aspectos de la vida del hombre que exigen investigación y estudio de querérsele
conocer por entero.
Pero para todo ello es necesario salvar la documentación existente; toda
la documentación existente. En nuestros días, en los «Congresos» y las «Jornadas»
que desde hace muchos años reúnen a muchos de los que trabajan calladamente
sobre la Historia de la Región, se ha reunido ya un número ingente de
estudios, sobre muy variados aspectos y momentos de nuestra historia. Pero para
realizar toda la labor necesaria, para completar la labor emprendida, precisa
salvar: los archivos municipales y parroquiales y los archivos de las grandes
familias, pero también salvar los modestos archivos privados, salvar las
correspondencias tantas veces reveladoras de minucias que esclarecen aspectos de
la vida pasada, que de otro modo entrarían en el completo olvido. A la
Academia, en cumplimiento de sus fines, toca llevar a la conciencia de todos
esta necesidad de conservar lo existente: algo que para tener plena eficacia
debe realizarse con prontitud. A la Academia toca igualmente el procurar la
conservación de cuanto pueda reunirse y ordenarlo para ser abierto al estudio
de todos.
La Historia de Extremadura sólo puede entenderse en la de España. Esta
sólo puede valorarse rectamente teniendo en cuenta la de Europa. Aún más, por
razones que no tengo que detallar, pues son obvias a todos, no puede entenderse
la Historia de Extremadura sin tener en cuenta la gran aventura americana, la
expansión sobre tierras de América.
Y si para un estudio precisan los archivos, precisan igualmente las bibliotecas. La Academia procurará, sin duda, en cuanto esté a su alcance, el número de bibliotecas: las generales, las que puedan llevar a todos los conocimientos que todos precisan y las especializadas, que aporten a los estudios los que éstos necesitan para valorar debidamente lo que los documentos monográficos dan a conocer. La Universidad, preparando a la juventud, el esfuerzo de las dos instituciones culturales que fundaron las dos Diputaciones de Extremadura, contarán siempre con cuanto pueda realizar la Academia para que su acción se esfuerce y amplíe».