Rosa María Lencero que, según
confiesa lleva escribiendo poemas desde que tenía
12 años, se muestra orgullosa de que la Casa de
Cervantes de Valladolid la llame para recitar sus
poemas, aunque reconoce que el camino del
escritor, y mucho más el del poeta, es siempre
duro. Lencero ha publicado Lo que fue una
sombra, Tierra extrema, Como amantes de Etruria
y El libro de los desposorios, entre otros
títulos. Muy pronto saldrán dos nuevas obras en
la ERE.
-El libro está inspirado en
'El galo moribundo' una estatua que se encuentra
en el Museo Capitolino de Roma.
-El título es de una estatua
helénica que representa la figura de un gálata
desnudo, que está herido en un costado y tiene
una expresión dolorosa y serena. A mí me
impactó mucho, quizá porque soy una amante del
arte. Ya publiqué otro libro hace diez años,
también en la Diputación, inspirado en un
sarcófago romano, Como amantes de Etruria.
Me he dedicado un tiempo a los temas clásicos y
este libro cierra el ciclo.
-¿Que está escribiendo ahora?
-He empezado a escribir una
poesía más depurada, de poemas más breves, más
claros. Tengo en la Editora Regional un libro que
se titula Mar de yerba, que es para bajar
la poesía a la tierra, para estar al nivel de lo
cotidiano. He depurado muchísimo el verso.
Digamos que antes tenía una poesía más cultista,
con demasiada profundidad, y ahora intento
simplificar el verso. Comprendo que la poesía es
muy minoritaria, muy elitista. Nosotros buscamos
una expresión quizá demasiado elevada y no vamos
a llegar a toda la gente con la facilidad con que
se llega con un verso más depurado.
LA GENTE JOVEN LEE MENOS
-Pero la poesía siempre ha
sido minoritaria, quizás ahora un poco más. ¿No
desalienta eso a los poetas?
-Yo creo que la gente joven lee menos. Se
incorporan lectores muy lentamente quizá porque
se tiene el prejuicio de que la poesía está
pasada de moda. La gente prefiere comprar una
novela de evasión que un libro de poemas. Ni
siquiera se leen poetas que para mí son
maravillosos, como Antonio Colinas.
-El nombre de Colinas ha sido
descubierto por muchas personas ahora que ha sido
plagiado. Usted escribe poesía , pero también
relatos.
-Sí. Además del libro Mar de yerba, en
la Editora regional está en preparación un libro
de relatos. Espero que pueda salir a primeros de
año. Son relatos históricos. A mí la Historia
me fascina. Uno se llama Salor de Hervás,
y es la historia de una niña judía, huérfana,
de la época de la expulsión de los judíos por
los Reyes Católicos. Otro relato, que da título
al libro, es La fuente de la pereza, que
cuenta la historia de una abuela y una nieta.
Ésta recibe una carta con 50 años de retraso en
la que se le confiesa que su abuela no es hija de
quien creía, que la encontraron abandonada en un
cestillo al lado de una fuente. La nieta narra esa
historia y se cuentan las peripecias de la abuela
en aquellos años de la Segunda República
española. Es una historia intrincada que parte de
una investigación que yo hice sobre los niños
expósitos de Mérida. Hay muchos datos sobre todo
ello. A mí todavía cuando la leo se me caen los
lagrimones, me emociono.
-Va a publicar tres libros en
muy poco tiempo.
-Escribir para mí es necesario. Cuando
estoy mucho tiempo sin escribir es como si
estuviera enjaulada. Mi energía sale por ahí.
Mario Benedetti decía: «Le tengo prohibido a
todas mis personalidades que me molesten cuando
juego». Yo puedo decir que le tengo
prohibido a mis otras personalidades que me
molesten cuando escribo. Porque te transformas. A
veces da la sensación de que tu mano la están
llevando los personajes. Se te escapan y toman
vida.
-Ahora se escribe mucho y se publica también
en cantidad. ¿Cómo consigue un escritor hacerse
oír en esa selva de libros?
-Ese es un problema. Es como si te encontraras
perdida en una selva. Se publican tantas cosas,
cosas muy atractivas, que te entran por los ojos
con su diseño, aunque a veces abres el libro y no
hay nada interesante. Es muy difícil abrirse
camino.
«Si
tienen que elegir a cuatro
escritores para
representar a
Extremadura, siempre son hombres»
HAY MUJERES QUE ESCRIBEN»
-¿Cómo ve el panorama literario regional?
-Extremadura es muy fértil en escritores. Lo
que pasa es que dentro de esa fertilidad está el
grupo de los privilegiados y el de los que vamos
paso a paso y lentamente. Ha habido gente que ha
accedido tan rápidamente a tener el blasón de la
literatura extremeña que no te permite moverte. A
mí me asombra que un mundo que se supone
exquisito tenga tantas puñadas traperas. No es un
mundo solidario. Hay mucho mediocre muy bien
arropado.
-¿En todas partes o en Extremadura
especialmente?
-En todas partes, pero vivimos en Extremadura.
-¿Cómo deben apoyar las instituciones a la
literatura, qué le piden los escritores?
- A mí me gustaría que se dieran cuenta de
que hay mujeres que escriben. Si tienen que elegir
a cuatro escritores para representar a
Extremadura, siempre son hombres. Yo no escribo en
femenino, pero veo esa situación. A las mujeres
que escribimos nos tienen en un segundo escalón.
Yo pediría un apoyo a la diversidad. Que no se
cuenten con los dedos de una mano los escritores
extremeños.