LA LECTURA Y LA FOTOGRAFÍA,
que es el motivo de nuestra presencia hoy aquí, están unidas por un
nexo antiguo a través de los tiempos.
Pensemos por ejemplo en el
exquisito scriptorio donde se Ailuminaban@
o pintaban los códices, los ojos y las manos de aquellos artistas eran
las instantáneas fotográficas del momento que hacían más atractivos
y comprensibles los textos de estos códices.
Ahora la fotografía, la fiel
impronta de cualquier momento de la vida o de cualquier insignificante
objeto que nos rodee, une su deseo perdurable al goce del libro, dos
artes que nos atrapan, nos seducen y afortunadamente se eternizan.
En esta exposición hay un hilo
conductor, el ojo: el ojo que atrapa al ojo que lee. Y a la vez los
nuestros que contemplan ese placer de leer a través de la imagen de una
foto. )Hay magia? Hay disfrute
y emoción.
Cada imagen es una lectura en
silencio. Un asombro, una búsqueda o un encuentro, poesía urbana,
ternura ociosa, el gesto simple y profundo de sujetar un periódico al
vuelo o la liviandad de una insignificante hoja de papel.
Espacios infinitos para los que
afortunadamente aún quedan negativos por revelar y libros por leer, lo
que es positivo para nuestra existencia de incurables devoradores de
imágenes y de palabras.
No hay nada en esta exposición
que nos deje impasibles, no nos dejará tampoco saciados por fortuna
otra vez, porque este placer de leer nos ha impregnado más allá de la
retina y ya me dirán ustedes qué diferencia hay entre la imagen de JOHN
HYDE, El resplandor de la palabra, (pág. 81del
Catálogo) y una madonna del delicado Renacimiento que la hubiera
fotografiado hoy Filippo Lippi por ejemplo o el Sin título III de
la fotógrafa ROSA MARÍA CEBALLOS (pág. 50) al que envidiaría
cualquier exquisito paisajista holandés y tal vez lo hubiesen
rebautizado con Paisaje y figura con
libro.
Una última instantánea entre
tanta belleza lo dice todo para el fotógrafo JUAN VILLALTA RIVAS, Acogidos
acogen la lectura (pág. 66). En el rostro
absorto, extrañado y tal vez incrédulo de esperanza del inmigrante, se
encuentra el secreto del libro.
Es secreto que desvela Octavio
Paz, libros libres, donde hay que buscar cada día
el asombro...